Sueños y Mentiras


Cuando la luz se apaga y las rosas se hacen negras; cuando los ojos ciegan y el ensueño trae quimeras...


Susurros en la noche


30 de noviembre de 2011

IV Concurso de Microrrelatos de la Calle Sol: "Gracias"


Anoche se entregaron en el bar Rvbicón de la Calle Sol los premios de su IV concurso de microrrelatos. Allí estábamos expectantes, Irene (a solas con la imaginación) y yo, bien escoltados por Roberto, J. y Ricardo -ni que fuéramos autores consagrados... Ciertamente, ninguno teníamos grandes esperanzas de ganar, qué le vamos a hacer, somos jóvenes y aún nos faltan tablas. Pero había que estar allí.

Obviamente, no ganamos. Sin embargo, gracias a la Asociación cultural de la Calle Sol por darme un gran premio. No me llevaré dinero en metálico, pero mi microrrelato aparecerá en el libro que publicarán la próxima primavera. No me podíais haber dado mejor regalo. Muchas gracias.

Y enhorabuena, por supuesto, a los ganadores, finalistas y resto de seleccionados.

Y a ti, Irene, siento que no hayas sido seleccionada también, pero sigue escribiendo siempre, pues desde luego tienes talento para ello. (enlace a su relato)

Aquí tenéis el enlace donde se muestran los relatos ganadores. Próximamente podréis ver también los treinta relatos seleccionados para el libro.

Bueno, aquí os dejo el enlace a los dos relatos que mandé al concurso:

RELATO 1

RELATO 2


29 de noviembre de 2011

Otro punto de vista: "Paciencia"


Aquella fue una noche inolvidable. Jamás había vivido una situación tan intensa, tanto, que su magnitud desbordó los límites que mi espíritu puede soportar. Tal es mi tormento y desesperación ahora, que, además, aquí entre los altos muros y las mallas metálicas no encuentro sentido a nada.

Estaba acostumbrado a una vida tranquila y relajada, sin sobresaltos. No, al menos, ninguno más allá de un pequeño corte mientras se está cocinando. Uhm, ni mi propio humor, por poco original que sea, dibuja ahora la más mínima sonrisa en mi perfil.

Aquella, sin embargo, fue una noche que quedó impresa en todas y cada una de las paredes de mi memoria, tan claramente, que con facilidad podría ahora rememorar cada instante de ésta.

El esposo llegó a casa más tarde de lo que acostumbraba. No había avisado de su retraso y entraba por la puerta como si nada fuera diferente, a excepción de un rostro, si acaso, algo más agotado de lo habitual. Su mujer, que lo había estado esperando enfrascada en sus tareas, no había detenido la frenética imaginación maliciosa desde que el minutero pasara las nueve y media. Tan pronto como escuchó la puerta cerrarse, atacó con su inquisitivo cuestionario. Él sinceramente parecía estar acostumbrado a los tempranos juicios de su mujer e impermeable a su malograda inventiva.

Yo, desde la cocina, veía y escuchaba a la incómoda pareja, mientras recordaba tantas y tantas discusiones anteriores. Difícilmente alcanzaba a recordar cuándo empezó todo aquello. Quizá incluso fuera previo a mi llegada a ese hogar...



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5 de septiembre de 2011

LIMBO, una pintura que puedes jugar


Os presento LIMBO un videojuego independiente que se ha ganado a pulso las alabanzas de la mayoría de los críticos. Basado en un tradicional sistema de plataformas tipo arcade, sorprende, sin embargo, por su innovación y personalidad. Pese a poder encajarse en esa categoría desde el primer momento da la sensación de tratarse de una experiencia totalmente nueva. Un sistema muy sencillo de juego, con plataformas entretenidas, inesperadas, y en ocasiones, incluso desquiciantes.

Pero lo que aquí nos interesa es concretamente el apartado que mayores elogios le ha granjeado. Me refiero a su particular estética. Es, sencillamente, incomparable con cualquier otra aventura en un videojuego. Podría decirse que es como un cuadro en que el observador pudiera moverse. Es totalmente cautivador, y eso que es tremendamente sencillo y minimalista, basándose en un diseño monocromo. En este adquiere trascendental importancia la luz, iluminando parcamente pero en su justa medida, creando así una atmósfera de misterio y suspense que junto con la textura polvorienta o difuminada le aporta asimismo un cierto aire onírico. Por supuesto, también destacan sobremanera las sombras, que ocultan y acompañan (como en el caso de los árboles) durante todo la travesía.

Y como no hay mejor ejemplo que el testimonio gráfico, ahí va éste:



Su característica estética ha sido comparada con el estilo del propio Tim Burton, el cine Expresionista alemán como el del director Fritz Lang, o el dibujante Edward Gorey.

Dibujo de Tim Burton

Dibujo de Edward Gorey

Como dije al principio: LIMBO, toda una pintura que puedes jugar.

Sí queréis saber más sobre el juego,





4 de septiembre de 2011

Harold Bloom, revuelo literario en edición matinal


Hoy mismo el diario El País ha publicado una entrevista al veterano crítico literario, en la cual se muestra tristemente preocupado por el rumbo actual de los lectores, advirtiendo del peligro de los best-seller. No sé si esperada o inesperadamente, se ha armado un pequeño revuelo de críticas -por ambos frentes- hacia los comentarios del prestigioso escritor, que acaba de publicar su última obra hasta la fecha (su "canto de cisne"), La anatomía de la influencia.


"Seguiré leyendo mientras me quede un soplo de vida” 
Eduardo Lago 
04/09/2011

Pasear por la literatura de la mano de Harold Bloom, uno de los mejores críticos de la historia, es un privilegio que ahora se multiplica gracias a 'La anatomía de la influencia', libro-testamento en el que muestra la fuerza su legado

Luz de agosto, la misma que hace 11 años, cuando lo entrevisté por primera vez, en verano de 2000. La casa, el jardín, las ventanas selladas, todo tiene el mismo aspecto. Entonces Harold Bloom era un hombre de 70 años, pletórico de energía, con bastantes kilos de más. Hoy me recibe un anciano enflaquecido que se apoya fatigosamente en un grueso bastón negro. Todo en la casa sirve de soporte a torres de libros, que se amontonan en los sofás, las sillas, los alféizares de las ventanas, en el suelo. Bloom dice haber superado ciertos problemas de salud, que califica de catástrofes. Constantemente bebe agua de una especie de biberón de plástico que recuerda la retorta de un alquimista. Es el crítico literario más importante de nuestro tiempo, por ser el único que ha sabido hacer llegar su portentosa sabiduría al lector normal, sin renunciar un ápice a la exigencia de calidad que es el distintivo de la gran literatura. Autor de más de 40 obras e innumerables estudios y artículos, Harold Bloom (Nueva York, 1930), que ocupa la Cátedra Sterling de Literatura de la Universidad de Yale desde hace más de medio siglo, acaba de añadir a su importante nómina de publicaciones un nuevo título: La anatomía de la influencia. En él vuelve sobre su más importante aportación al campo de los estudios literarios, el concepto de influencia. Se trata de una noción de considerable complejidad técnica, que Harold Bloom convierte aquí en el eje de un recorrido apasionante por las lecturas en que ha invertido toda su vida o, para decirlo parafraseando el título de su obra más emblemática, El canon occidental, un paseo por las mejores obras literarias de la historia. Simplificándolo al máximo, la influencia poética es un mecanismo que explica el proceso histórico de creación literaria, que Bloom caracteriza como una batalla formidable que los grandes creadores literarios de cada era se ven obligados a entablar con sus precursores, a fin de liberarse de la agónica influencia que ejercen sobre ellos los gigantes que los antecedieron. Alejándose del tecnicismo inherente a tan complejo proceso, Bloom desplaza el énfasis del libro a un terreno más humano y accesible, acercándolo a la realidad del día a día, como subraya el subtítulo que ha elegido para su obra: La literatura como forma de vida.



Crítica de Esquina Rota



3 de septiembre de 2011

Brotar




Empezar algo nunca es fácil. Mucho menos si se está sólo en la nueva aventura. Sin embargo, supone una oportunidad extraordinaria para disfrutar al mismo tiempo de los sentimientos de osadía, en tanto que no hay nada que perder; y de inquietud, ante el deseo de triunfar (tal vez si nuestras miradas son más humildes cabría más decir sobrevivir).

Empezar algo nunca es fácil, en cualquier caso. Y es que desconocemos el rumbo y la meta que tomará ese primer paso, inseguro y tímido, idea y proyecto en una misma acción, primera singladura de un largo periplo.
Pero sin comienzo no hay destino, y sin destino no hay recompensa, ni satisfacción ni gloria. Sin destino no se encuentra, por tanto, la plena felicidad de la autorrealización, de la independencia.

Sin comienzo no hay camino; sin camino, final. Y al andar se hace el camino.

Así pues,

Adelante.


Inauguración

Con esta entrada inauguro por fin este blog, tras una larga andadura que me ha hecho cruzar caminos que no tenía previsto atravesar. Parecía que no iba a llegar nunca este momento cuando ya hace tiempo ideé el concepto de Träume und Lügen, y lo que quería que significara para mí. Un retraso debido a lo que me ha costado, por un lado, definir qué quería que esto fuera exactamente y a qué lo iba a dedicar, o más bien, qué era lo que iba a incluir (pues la base de su contenido ya lo tenía, por supuesto). Por otro lado me ha costado decidir qué estética quería aportarle, pues esto también depende enormemente del contenido. Por lo que no tenía claro cómo realizarlo finalmente, pese a mi clara idea inicial. Pero al fin  ha llegado el momento, y todo el camino está andado. Bueno, el camino hasta la salida... ahora sólo queda toda la carrera.

¿Entonces, qué es esto? Pues bien, definitivamente este es un sitio particular en el que puede caer cualquiera de los productos defectuosos que fabrica mi cabeza. Pero sobretodo es una estantería dedicada a la literatura, y eventualmente a alguna otra manifestación de arte. Siempre tratando de revestirlo de un toque neorromántico que tanto me gusta y me define.

Así que ya sólo queda dar el pistoletazo de salida. Pues, en fin, sin más dilación, doy por inaugurado mi rincón personal. Bienvenidos a Träume und Lügen.


9 de diciembre de 2010

Abriendo las puertas del Infierno



NO, no estoy loco, o tal vez sí, ¿quién sabe? Yo lo ignoro. Pero no es la locura lo que me empuja a querer abrir estas puertas. Y sí, sé que no son las del Paraíso, aunque esto puede ser cuestión tan sólo de perspectiva... mas las del Infierno son, hechas por la nerviosa mano de Rodin... un gran maestro.

Tal vez ya esté condenado, tal vez mis pecados sean sin remedio, y ni el perdón salvarme ahora pueda. Tal vez...
quizá sea ésta la única portada que, a mi muerte, ante mis ojos se presente, quizá mis manos ardan al intentarlas abrir. Quizá...
¿Quién sabe si  tras ellas se encuentre el Paraíso de mi descanso eterno, si las yermas llanuras de ceniza fueren a ser mis floridos jardines de herbáceo jade... quién sabe?

¿Y qué mas da? Si aún muerto no estoy, y cuando muera, remedio no encontraré. Ahora abriré las puertas, a ver qué detrás se esconde... curiosidad, ansia, misterio...
¿qué?


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Susurros en la noche


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Por si acaso....





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Sueños y Mentiras